A medida que avanza la historia, Billy sospecha cada vez más de la señora Muldoon. Él comienza a creer que ella está asesinando a sus invitados y metiéndolos en los animales. Billy finalmente intenta escapar, pero la señora Muldoon lo atrapa y lo encierra en su ático.
El giro irónico de la historia llega al final, cuando se revela que Billy se equivocó acerca de la señora Muldoon. Ella no es una asesina, sino más bien una mujer amable y cariñosa que intenta ayudar a sus invitados. Los ancianos de la casa no están muertos, sino que se encuentran en estado de animación suspendida. La señora Muldoon está usando sus habilidades de taxidermia para preservar sus cuerpos y que puedan vivir para siempre.
El final de la historia es irónico porque subvierte por completo las expectativas del lector. Al lector se le ha hecho creer que la señora Muldoon es una asesina, pero resulta que en realidad es una buena persona. Este final retorcido añade una capa extra de suspenso y horror a la historia.