- Se refiere burlonamente a ellos como "buenos amigos" - cuando sabe que solo son espías de su padre, enviados para vigilarlo.
- Elude sus preguntas y les da respuestas crípticas - negarse a colaborar con ellos de forma significativa.
- Insulta su inteligencia - burlándose de su falta de comprensión y de su incapacidad para seguir su ingenio.
- Los trata como si estuvieran por debajo de él - despidiéndolos con un gesto de la mano o un comentario desdeñoso.
En resumen, el comportamiento de Hamlet hacia Rosencrantz y Guildenstern es una clara indicación de su desprecio por ellos. Los ve como nada más que peones en el juego de su padre y los trata con el desdén que merecen.