1. La ironía de su nombre :El nombre de la Reina Bella, típicamente asociado con la belleza, contrasta irónicamente con sus atributos físicos reales. Se la describe como "no hermosa, pero los hombres a menudo la pensaban así". Esta discrepancia entre su nombre y apariencia crea un giro irónico que subraya la superficialidad de su sociedad.
2. Obsesión por la belleza :La obsesión de la reina Bella por la belleza y su interminable búsqueda por mantenerla satiriza el énfasis excesivo en la apariencia física en los círculos cortesanos. Sus elaborados rituales de belleza y su constante necesidad de validación reflejan las presiones sociales que enfrentan las mujeres en un sistema patriarcal.
3. Preocupaciones tontas :Las preocupaciones de la reina Bella giran en torno a asuntos triviales como su apariencia, ropa y banquetes. Su falta de interés en cuestiones más sustanciales, como la gobernanza o el bienestar de sus súbditos, pone de relieve la superficialidad de su carácter y las prioridades de su corte real.
4. Vanidad :La vanidad de la reina Bella es un elemento satírico clave. Constantemente busca elogios por su belleza y se siente amenazada cuando los demás reciben atención. Esta vanidad es objeto de burla y exageración a través de sus reacciones ante personajes como Buttercup y Fezzik.
5. Superficialidad :Las interacciones de la Reina Bella son superficiales y se centran en mantener las apariencias. Ella juzga a las personas basándose en sus atributos externos más que en sus cualidades internas, enfatizando la superficialidad de la multitud "de moda" y las normas sociales de su reino ficticio.
Al presentar a la reina Bella como una figura satírica, William Goldman critica la naturaleza frívola de ciertos círculos cortesanos, la obsesión social por la belleza y la superficialidad que puede impregnar las culturas aristocráticas.