La película en color era mucho más cara que la película en blanco y negro. Esto se debió a que su creación requería un proceso más complejo y que requería más tiempo. La película tuvo que exponerse a múltiples colores de luz y cada color tuvo que imprimirse en la película por separado. Este proceso podría tardar hasta cuatro veces más que imprimir películas en blanco y negro. Como resultado, era mucho más caro producir una caricatura en color que una caricatura en blanco y negro.
La falta de demanda de dibujos animados en color.
En los primeros días de la animación, no había una gran demanda de dibujos animados en color. La mayoría de la gente se contentaba con ver dibujos animados en blanco y negro. Esto se debía a que los dibujos animados en color a menudo se consideraban más caros y llamativos que los dibujos animados en blanco y negro. Además, los dibujos animados en color no se adaptaban tan bien a las pantallas pequeñas de la época. Como resultado, no había un mercado lo suficientemente grande para las caricaturas en color como para justificar el alto costo de producción.
Estos factores llevaron a que la gran mayoría de las caricaturas se produjeran en blanco y negro hasta finales de la década de 1930.