A lo largo de las primeras temporadas, los sentimientos de Finn por Quinn y Rachel crean un triángulo amoroso. Por un lado, está Quinn, la popular animadora que Finn previamente idealizó pero que llegó a comprender desde una perspectiva más compleja. Por otro lado, Rachel, una intérprete talentosa y apasionada que desafía a Finn a pensar más allá de su zona de confort y crecer como persona.
En última instancia, el amor de Finn por Quinn, aunque significativo en los primeros capítulos de la serie, se vuelve menos prominente. Es su relación con Rachel la que se convierte en un romance central e impactante en "Glee". Juntos, Finn y Rachel se apoyan, inspiran y crecen juntos, haciendo de su amor una de las narrativas románticas centrales del programa.