- Añade humor a tus preguntas. Esto se puede hacer mediante juegos de palabras, chistes u otros tipos de juegos de palabras. Sin embargo, tenga cuidado de no exagerar, ya que no querrá parecer demasiado tonto o molesto.
- Sea consciente de su audiencia. Algunas personas pueden encontrar divertidas sus preguntas, mientras que otras no. Preste atención a las reacciones de las personas con las que está hablando y ajuste su enfoque en consecuencia.
- No tengas miedo de reírte de ti mismo. Si cometes un error o dices alguna tontería, no temas reírte de ti mismo. Esto puede ayudar a que los demás se sientan cómodos y hacer que sea más probable que te encuentren gracioso.
- La práctica hace la perfección. Cuanto más practiques haciendo preguntas divertidas, mejor lo harás. Así que no te desanimes si no lo haces bien a la primera. Sigue practicando y eventualmente verás mejoras.