La maldición es significativa porque resalta el trágico destino de Edipo y las complejidades de su carácter. Edipo es retratado como un hombre noble y virtuoso, pero sus acciones están impulsadas por la arrogancia (orgullo excesivo) y la falta de conciencia de sí mismo. Al maldecir al asesino, sin saberlo, sella su propia perdición.
La ironía se profundiza cuando Edipo finalmente descubre la verdad sobre su pasado y se da cuenta de que ha cumplido la profecía que intentaba evitar. Maldice al asesino sin saber que es él mismo, enfatizando la naturaleza trágica de su caída y las consecuencias ineludibles de sus acciones.
La obra explora temas del destino, el libre albedrío y las trágicas consecuencias del error humano, haciendo de la maldición de Edipo sobre el asesino un momento conmovedor de autorrealización e ironía dramática.