El argumento comete la falacia de afirmar el consecuente. Esta falacia ocurre cuando alguien supone que debido a que el consecuente de un enunciado condicional es verdadero, el antecedente también debe ser verdadero. En este caso, el argumento supone que, como algunas personas tristes son payasos, todos los payasos deben ser divertidos. Esto no es necesariamente cierto. Es posible que alguien sea payaso sin ser gracioso.