Las obras de Shakespeare también contienen muchas referencias a la Biblia y a las tradiciones cristianas. Por ejemplo, en Romeo y Julieta, Fray Lorenzo da un sermón sobre la importancia del amor, que se basa en las enseñanzas de Jesús. En Otelo, el personaje de Desdémona a menudo se compara con la Virgen María. Y en El mercader de Venecia, el personaje de Shylock es un prestamista judío que a menudo es retratado como un villano, lo que refleja el antisemitismo que prevalecía en la época de Shakespeare.
Las obras de Shakespeare ofrecen una visión compleja y matizada del cristianismo. No se limita a presentar la doctrina cristiana de manera directa, sino que explora las formas en que las creencias cristianas pueden aplicarse a situaciones del mundo real. Sus obras ofrecen una valiosa visión de las creencias religiosas de Shakespeare y sus contemporáneos.