Muchas costumbres sociales de la época funcionaban para limitar las oportunidades de las mujeres, como los corsés, los tacones altos y las faldas largas.
Se esperaba que las mujeres fueran vistas y no escuchadas, especialmente en el siglo XX.
Esto no quiere decir que no hubiera mujeres famosas y prominentes durante la época como la reina Victoria, pero su prominencia habría dependido del estatus del marido o del padre.
Aunque las mujeres eran vistas pero no escuchadas, todavía desempeñaban papeles muy importantes en la sociedad.
Las mujeres podían ser escritoras, compositoras y otras actividades artísticas o creativas siempre que estuvieran acompañadas por un acompañante masculino.
Si bien una mujer podía casarse, no podía poseer activos ni realizar transacciones financieras en su nombre.
Una mujer soltera que no se casaba tampoco podía poseer activos ni realizar transacciones financieras, lo que significaba que las mujeres no podían poseer ni administrar un negocio.
Un marido podría quedarse con las ganancias de su esposa.
Hubo muchos cambios que comenzaron en la década de 1890 y durante la década de 1920 que cambiaron los roles de las mujeres.
Muchas activistas por los derechos de las mujeres presionaron por un cambio en una sociedad dominada por los hombres.
No fue hasta 1920 que se ratificó la 19ª Enmienda que otorgaba a las mujeres el derecho al voto en Estados Unidos.
Estados Unidos fue uno de los últimos países industrializados en otorgar a las mujeres el derecho al voto.