Expresión y comportamiento: El invitado podría observar una expresión inquietante en el rostro del asesino. Podría parecer furtivo, tenso o incluso tener una sonrisa siniestra, sugiriendo una agenda oculta. Su lenguaje corporal también puede revelar un aire de secretismo, mientras realiza movimientos furtivos o mira alrededor de la habitación.
Ropa y apariencia: El asesino podría llevar ropa o accesorios que destaquen o parezcan fuera de lugar en la reunión formal. Las manchas de sangre o la ropa desaliñada pueden despertar sospechas. Cualquier objeto inusual o arma oculta sobre su persona también podría llamar la atención de los invitados.
Tiempo y presencia: A los invitados les puede resultar extraño si el asesino aparece abruptamente o parece no estar sincronizado con el resto de los invitados. Si lo notan permaneciendo cerca de la puerta, observando la habitación mientras permanece en la periferia, este comportamiento podría generar señales de alerta.
Reacción a Macbeth: Los invitados podrían notar cómo reacciona el asesino ante la llegada de Macbeth o cómo Macbeth responde a su llamada. Si hay una sensación de urgencia, malestar o agitación entre los dos individuos, podría despertar sospechas.
Ley de Desaparición: Si más tarde los invitados notan la ausencia del asesino de la reunión o si rápidamente se escabulle después de hacer señas a Macbeth, esta repentina desaparición puede parecer extraña y justificar una mayor investigación.
Relatos de testigos presenciales: Más tarde, los invitados podrían recordar y discutir el comportamiento del asesino, lo que llevaría a reconstruir los acontecimientos y descubrir su participación en el crimen.
Es importante recordar que se trata de observaciones hipotéticas y dependen de la situación concreta, de la astucia del asesino y de la atención de los demás invitados.