A lo largo de la obra, Macbeth se muestra como un hombre impulsado por su deseo de poder. Está dispuesto a hacer cualquier cosa para lograr sus objetivos, incluso si eso significa asesinar a su propio rey. Después de ser coronado rey, Macbeth se vuelve paranoico y se siente culpable, y comienza a tener visiones de las personas que ha matado. Finalmente cae en la locura y Macduff lo mata.
La historia de Macbeth es una advertencia sobre los peligros de la ambición. Muestra cómo la ambición desenfrenada puede conducir a la violencia, la culpa y la locura.