Los actores varones fueron entrenados para interpretar personajes femeninos de manera convincente. A menudo pasaban años perfeccionando sus voces, movimientos y gestos para que sus actuaciones fueran lo más realistas posible. Si bien esta práctica puede parecer inusual para el público moderno, fue ampliamente aceptada y apreciada durante la época de Shakespeare. De hecho, algunos niños actores se convirtieron en artistas célebres y ganaron considerable fama por su capacidad para interpretar personajes femeninos.
La elección de actores masculinos también influyó en la forma en que se escribieron y retrataron los personajes femeninos en las obras de Shakespeare. Shakespeare a menudo escribía personajes femeninos complejos y multifacéticos, pero todavía estaban limitados por las limitaciones impuestas por su género. Por ejemplo, a menudo se esperaba que los personajes femeninos fueran virtuosos, modestos y sumisos. Las obras a menudo exploran los desafíos que enfrentan las mujeres en una sociedad dominada por los hombres y los conflictos que surgieron entre sus deseos personales y las expectativas sociales. A pesar de estas limitaciones, los personajes femeninos de Shakespeare exhiben una variedad de emociones, inteligencia y agencia, lo que destaca su maestría en la creación de personajes complejos y convincentes.
Si bien la práctica de utilizar actores masculinos para interpretar papeles femeninos en obras de Shakespeare puede parecer inusual para los estándares actuales, era un aspecto importante de la cultura teatral de la época. Influyó en la forma en que el público escribía, interpretaba y percibía los personajes femeninos, y añadió una dimensión única a la experiencia teatral de las obras de Shakespeare.