- Inocencia fingida: Después del asesinato, Lady Macbeth actúa inocente y serena frente a los demás invitados que asisten a la fiesta. Rápidamente descarta el ruido que escucha Macbeth como su imaginación y anima a todos a seguir disfrutando del evento.
- Cambiar la culpa: Cuando Macbeth se siente abrumado por la culpa y comienza a alucinar sobre el fantasma de Banquo, Lady Macbeth intenta restar importancia al significado de estos sucesos sobrenaturales. Ella disminuye su importancia y sugiere que Macbeth debería actuar como un rey fuerte y sereno en lugar de dejar que estas ilusiones lo afecten.
- Controlar las apariencias: Lady Macbeth tiene cuidado de mantener las apariencias y evitar que las sospechas recaigan sobre Macbeth o sobre ellos mismos. Ordena a los sirvientes que limpien las pruebas del asesinato y se asegura de que todo parezca normal y tranquilo en el castillo. Lady Macbeth controla no sólo su propio comportamiento sino también el de Macbeth, gestionando cuidadosamente sus expresiones emocionales delante de los demás.
- Desestimando los temores de Macbeth: Mientras la culpa consume a Macbeth, Lady Macbeth inicialmente intenta racionalizar su comportamiento y calmarlo. Ella descarta sus preocupaciones como meras alucinaciones y delirios, argumentando que sus acciones fueron necesarias y que todo estará bien. Si bien inicialmente logró tranquilizar a Macbeth, sus esfuerzos finalmente fracasan a medida que su estado mental se deteriora.
A pesar de los intentos de Lady Macbeth de encubrir a Macbeth, su culpa finalmente los domina, lo que los lleva a su trágica caída.