Aquí hay algunas razones por las que el espectador promedio puede haber enfrentado desafíos:
1. Complejidad de las obras:Las obras a menudo transmitían temas, historias y desarrollos de personajes complejos. Es posible que la persona promedio no haya tenido el mismo nivel de educación o formación literaria para comprender plenamente las complejidades de la trama o las alusiones literarias.
2. Vocabulario especializado:los dramaturgos a menudo empleaban vocabulario, metáforas y simbolismos especializados. Sin conocimiento o contexto previo, es posible que la audiencia haya tenido dificultades para comprender ciertas palabras o frases.
3. Contexto cultural y social:las obras de teatro a menudo reflejaban las realidades culturales, políticas y sociales de su época. Algunas obras pueden haber incluido referencias o alusiones a eventos específicos, personajes históricos o normas sociales con las que el público quizás no estuviera familiarizado.
4. Factores socioeconómicos:Durante ciertos períodos históricos, el teatro fue disfrutado principalmente por las clases altas, quienes generalmente tenían mejor acceso a la educación y a las experiencias culturales. El espectador promedio, que puede haber sido de un entorno socioeconómico diferente, podría haber enfrentado desafíos para comprender el lenguaje sofisticado y los temas presentados.
5. Diversas convenciones literarias:a lo largo de los siglos, las convenciones literarias han evolucionado y cambiado. Algunas obras que ahora se consideran clásicas podrían haber sido percibidas de manera diferente por el público durante sus representaciones iniciales.
A pesar de estos desafíos, los primeros públicos todavía disfrutaban de las obras basándose en sus perspectivas personales, experiencias culturales e interpretaciones. Es posible que se hayan centrado en aspectos de la actuación como el espectáculo, la música, la actuación física y las conexiones emocionales, incluso si no comprendieron completamente cada detalle.