Los objetivos pueden ser desde simples hasta complejos, y pueden cambiar a lo largo de una escena o obra de teatro. Por ejemplo, un personaje puede tener un objetivo simple:tomar una taza de café, o un objetivo más complejo:ganar una discusión o convencer a otra persona de su punto de vista.
No importa cuál sea el objetivo, es importante que los actores lo comprendan claramente para poder crear una actuación convincente y creíble. Para ello, los actores suelen hacerse preguntas sobre sus personajes, como por ejemplo:
* ¿Qué quieren?
* ¿Por qué lo quieren?
* ¿Qué están dispuestos a hacer para conseguirlo?
* ¿Qué obstáculos se interponen en su camino?
Al hacer estas preguntas, los actores pueden obtener una comprensión más profunda de las motivaciones y deseos de sus personajes, y esta comprensión les ayudará a crear interpretaciones más matizadas y convincentes.
A continuación se muestran algunos ejemplos de objetivos al actuar:
* Convencer al otro personaje para que tenga una cita con él.
* Conseguir que el otro personaje le perdone.
* Conseguir que el otro personaje le ayude a resolver un problema.
* Para conseguir que el otro personaje le dé la información que necesita.
Los objetivos son una parte esencial de la actuación y pueden ayudar a los actores a crear actuaciones más memorables y atractivas.