Los actores que eligen representarse a sí mismos se conocen como actores autogestionados o no representados. Si bien es posible encontrar trabajo como actor no representado, puede ser más desafiante y requiere que el actor asuma responsabilidades y tareas adicionales que tradicionalmente realiza un agente.
Los actores autogestionados deben buscar y conseguir activamente sus propias audiciones, gestionar negociaciones contractuales y gestionar sus propios esfuerzos de relaciones públicas. Es posible que necesiten dedicar una cantidad significativa de tiempo a tareas administrativas y que tengan acceso limitado a ciertas oportunidades que los agentes pueden brindar.
Además, los actores no representados pueden tener menos poder de negociación al negociar contratos y pueden no recibir el mismo nivel de apoyo y orientación que los actores representados por agentes. También les puede resultar más difícil navegar en la industria del entretenimiento y pueden perder oportunidades debido a la falta de conexiones con la industria o de conocimiento de los próximos proyectos.
Para los actores que están considerando convertirse en autogestionados, es importante sopesar cuidadosamente los pros y los contras, evaluar sus habilidades y recursos y considerar si tienen el tiempo, las habilidades y los conocimientos necesarios para gestionar con éxito sus propias carreras.