Sin embargo, el pasaje sugiere que Macbeth no es del todo malvado, sino más bien un personaje defectuoso y trágico. Es capaz de sentir culpa y remordimiento por sus acciones y, en última instancia, es destruido por su propia ambición y las consecuencias de sus elecciones.
En general, el pasaje presenta a Macbeth como un personaje complejo y multifacético, ambicioso y despiadado, pero también capaz de sentir culpa y remordimiento. Es una figura trágica, que finalmente es destruida por sus propias ambiciones.