Puede verse como un segmento autónomo que avanza significativamente la trama y desarrolla los personajes. Los actos se utilizan tradicionalmente para organizar y presentar la historia en capítulos lógicos.
La división en actos a menudo refleja puntos de inflexión o cambios significativos en la trama. Estas divisiones ayudan a crear tensión dramática y ritmo en la trama. Cada acto puede centrarse en conjuntos específicos de personajes, subtramas, conflictos o elementos temáticos.
En la antigüedad, los actos a veces estaban separados por intermedios en las producciones teatrales, lo que permitía breves pausas para el público y la preparación para el siguiente segmento de la obra.
Vale la pena señalar que el uso de actos puede variar según la estructura y el formato de la obra. No hay un número fijo de actos y algunas obras teatrales pueden presentarse en un solo acto, mientras que otras pueden tener múltiples actos y escenas dentro de esos actos. El dramaturgo utiliza esta estructura de acto para contar la historia de manera efectiva y mejorar la experiencia dramática general.