Hoy en día, las obras de teatro suelen presentarse con varios intermedios o descansos. Esto permite a la audiencia estirarse, usar el baño y tomar un refrigerio. También les da a los actores la oportunidad de descansar y cambiarse de vestuario. Además, la iluminación de los teatros modernos ha mejorado mucho, lo que permite a los actores moverse libremente dentro y fuera del escenario sin perder visibilidad.
El uso de intermedios también ha tenido un impacto significativo en la estructura de las obras. En los primeros tiempos del teatro, las obras se escribían a menudo con un argumento único e ininterrumpido. Sin embargo, con la llegada de los intermedios, los dramaturgos comenzaron a experimentar con estructuras más complejas, incluidas múltiples tramas y subtramas. Esto permitió una mayor tensión dramática y suspenso, ya que la audiencia se mantuvo esperando para ver qué sucedería a continuación.
Hoy en día, el uso de intermedios es una parte estándar de las producciones teatrales. Permite al público relajarse y disfrutar de la actuación, al mismo tiempo que les da a los actores la oportunidad de descansar y prepararse para el siguiente acto.