Stradlater, retratado como un personaje extrovertido y algo conformista, le describe con entusiasmo un partido de baloncesto a Holden. Holden, sin embargo, nota que Stradlater constantemente separa cada parte de su oración con comas, lo que resulta en una narración inconexa e incómoda.
A través de esta observación, Holden enfatiza la superficialidad de la comprensión y el aprecio de Stradlater por el deporte. Da a entender que Stradlater está más preocupado por parecer conocedor y utilizar un lenguaje florido que por comprender o transmitir verdaderamente la emoción del juego.
La crítica de Holden a Stradlater es un comentario más amplio sobre la artificialidad y la superficialidad que percibe en muchos aspectos de la sociedad. Ve a Stradlater como un ejemplo de alguien que se centra más en las apariencias externas y las normas sociales que en la autenticidad genuina y las conexiones significativas.
En última instancia, el punto de vista de Holden sobre el uso de comas por parte de Stradlater refleja su cuestionamiento más profundo de los valores y prioridades que a menudo se priorizan en la sociedad. Aboga por un enfoque más genuino y auténtico de la vida, valorando la sustancia por encima de la superficialidad y la autenticidad por encima de la simulación.