La oda enfatiza que incluso las fuerzas más poderosas están sujetas al destino, ya que "Zeus empuña el relámpago en sus irresistibles manos" y "el poder del trueno sacude la tierra". Esta imaginería refuerza el dominio de los poderes divinos sobre la existencia humana.
El coro también reflexiona sobre la naturaleza transitoria de la vida y los logros humanos, que en última instancia están condenados a desaparecer en el olvido. La inutilidad de los esfuerzos humanos contra el destino se expresa conmovedoramente en la frase:"Porque las esperanzas de los mortales son breves, y aquellos que han disfrutado de buena fortuna pronto tropiezan y caen". Esto transmite la naturaleza transitoria e impredecible de la vida, subrayando la insignificancia de las luchas humanas en el gran esquema del destino.
La Oda 1 prepara así el escenario para la tragedia que se desarrolla en Antígona, sugiriendo que los personajes están atrapados en una red ineludible del destino tejida por los dioses. Presagia la fatalidad inminente y la inutilidad de sus intentos de desafiar el orden divino, profundizando así el impacto y la resonancia de los temas de la obra.