Después de la muerte de sus hijos, Lord Capulet y Lord Montague finalmente se dan cuenta de la insensatez de su disputa y de sus devastadoras consecuencias. Aceptan poner fin a la hostilidad y el derramamiento de sangre que han asolado a sus familias durante generaciones. Como símbolo de su nueva unidad, deciden erigir estatuas de Romeo y Julieta en oro, asegurando que su trágica historia de amor sea recordada y sirva como recordatorio de la importancia de la paz y la comprensión.
La reconciliación de las familias Capuleto y Montague trae la esperanza de un futuro mejor, donde el amor y la armonía prevalezcan sobre el odio y la división. Sirve como un poderoso mensaje contra la naturaleza destructiva de las enemistades y los conflictos, enfatizando la necesidad de la compasión y el perdón para fomentar la paz y la unidad.