Por otro lado, María, la hermana mayor de Bruno, aborda el traslado con una combinación de aprensión y resentimiento. Se siente desplazada de su vida anterior, de sus amigos y de la familiaridad de su entorno. La renuencia de María a adaptarse a su nuevo entorno se debe a su sensibilidad emocional innata y a una mayor conciencia de los cambios que se desarrollan a su alrededor. A medida que avanza la historia, las emociones de María atraviesan un viaje transformador a medida que se entera de verdades inquietantes sobre las circunstancias de su familia y la creciente tensión entre sus padres.
Además, el paisaje externo alrededor de su nuevo hogar, caracterizado por vallas altas, alambres de púas y una sensación subyacente de presentimiento, sirve para amplificar los sentimientos de aislamiento y alienación de Bruno y María. Las limitaciones físicas impuestas por su entorno reflejan las barreras emocionales que encuentran al navegar por su dinámica familiar cambiante y las complejas realidades del mundo que los rodea.
En general, las respuestas emocionales de Bruno y María a su mudanza reflejan sus perspectivas únicas, sus etapas de desarrollo y la dinámica familiar en evolución que dan forma a sus experiencias en su nuevo hogar.