Guardia: Nada. Bien. Ya te vas.
Arturo: ¿Nada?
Guardia: Bueno, nada mucho, ya sabes. Un par de ovejas sangrantes.
Arturo: ¿Dos?
Guardia: Sí.
Arturo: Malditas ovejas.
Guardia: Sí.
Arturo: Dos. Bien... ¿algo más?
Guardia: Bueno, supongo que también podrías echar un par de bolsas de cemento.
Arturo: Bolsas de... ¿qué?
Guardia: Cemento.
Arturo: ¡¿Cemento?!
Guardia: Oh, sí, gran cosa, el cemento. Hace muy buenos caminos cuando lo mezclas con agua. Fuerte.
Arturo: Bueno... ¿por qué querría eso?
Guardia: Bueno, ya sabes, hay un gran paisaje por estos lugares, pero lo que a Dios realmente le falta es una infraestructura decente. Ya sabes, como carreteras, puentes, cosas así.
Arturo: (suspirando) Bueno, supongo que tú lo sabes mejor.
Guardia: Sí. Ya te vas.