Gran escalera: La entrada principal al comedor fue a través de la impresionante gran escalera, en sí mismo un espectáculo de intrincadas tallas, caoba pulida y una lámpara de araña masiva.
Dos comedores: Había dos comedores principales de primera clase, ambos lujosamente decorados.
* El "restaurante a la carta": Este comedor era más informal y ofreció un menú con varias opciones. Fue diseñado en un estilo más contemporáneo, con colores claros y elaboradas decoraciones florales.
* El "comedor formal": Esta habitación era más grandiosa y tradicional, con paneles de madera oscura, molduras adornadas y un techo pintado para parecerse a un cielo nocturno. Se utilizó principalmente para cenas formales, con un estricto código de vestimenta aplicado.
Ambiente: Las habitaciones estaban meticulosamente iluminadas con candelabros y apliques, creando una atmósfera cálida y acogedora. La música en vivo a menudo se reproduce en el fondo, mejorando la experiencia gastronómica.
decoración: Ambos comedores presentaron detalles intrincados como:
* chimeneas de mármol
* Elaborados vidrieras de vidrieras
* Costos cubiertos y China
* muebles adornados
comida: La cocina fue de primera categoría, preparada por un equipo de chefs experimentados. Los menús contaban con una variedad de platos, que incluyen mariscos frescos, carnes asadas, sopas gourmet y postres exóticos.
Servicio: El servicio era impecable, con camareros vestidos con vestimenta formal y entrenados para anticipar las necesidades de sus invitados. Eran expertos en servir comidas elaboradas y atender incluso a las solicitudes más exigentes.
Los comedores del Titanic - más que un lugar para comer:
Los comedores de primera clase en el Titanic no eran simplemente sobre sustento; Eran una parte clave de la experiencia social. Las habitaciones fueron diseñadas para fomentar una sensación de exclusividad y grandeza, permitiendo que los pasajeros de primera clase se mezclen, hagan conexiones y disfruten del pináculo de los viajes de lujo.
Estos opulentos comedores personificaron la fascinación de la época con la opulencia y el deseo de un viaje lujoso e inolvidable. Se mantienen como un testimonio de la grandeza del Titanic, incluso cuando la tragedia golpeó el barco en su viaje inaugural.