Es una joven sensible y emotiva que se deja fácilmente abrumar por sus sentimientos. Esto es evidente en sus interacciones con Hamlet, donde a menudo es incapaz de expresarse con claridad y él la manipula fácilmente. Tampoco puede afrontar la muerte de su padre, lo que la envía a un estado de locura y, en última instancia, la lleva a la muerte.
La incapacidad de Ofelia para afrontar su vida probablemente se deba a una combinación de factores, incluida su educación, su personalidad y las circunstancias de su vida. Se crió en una sociedad altamente patriarcal donde se espera que las mujeres estén subordinadas a los hombres. Esto ahoga su propia voz y le dificulta afirmarse. También tiene una tendencia natural a ser amable y dócil, lo que le dificulta defenderse o afrontar situaciones difíciles.
Las circunstancias de la vida de Ofelia también contribuyen a su caída. Está atrapada en un triángulo amoroso entre Hamlet, Laertes y Claudio, lo que la estresa mucho. Tampoco puede escapar de las expectativas de su sociedad, lo que limita aún más su capacidad para afrontar la vida.
En última instancia, la principal debilidad de Ofelia es su incapacidad para afrontar el estrés y las exigencias de su vida. Esto la lleva a la locura y finalmente a la muerte, convirtiéndola en uno de los personajes más trágicos de la obra.