Una de las principales críticas a la escenografía del Fantasma de la Ópera es que es demasiado exagerada. Los decorados suelen ser muy grandes y elaborados, y cuentan con muchas piezas móviles. Esto puede distraer visualmente y dificultar que la audiencia se concentre en la historia. Por ejemplo, la escena en la que el Fantasma lleva a Christine a su guarida es especialmente criticada por ser demasiado exagerada. El escenario es una caverna subterránea gigante y está llena de todo tipo de criaturas extrañas y fantásticas. Esto puede resultar visualmente abrumador y puede dificultar que la audiencia siga lo que está sucediendo.
Otra crítica a la escenografía del Fantasma de la Ópera es que es demasiado cara. Los decorados son muy elaborados y requieren mucha mano de obra y recursos para construirlos. Esto puede aumentar significativamente el costo de la producción y puede dificultar que los teatros presenten el espectáculo. Por ejemplo, el Fantasma de la Ópera es uno de los espectáculos más caros de la historia de Broadway. La producción original costó más de 10 millones de dólares, y solo los decorados costaron más de 1 millón de dólares.
A pesar de estas críticas, el Fantasma de la Ópera sigue siendo un espectáculo popular. El paisaje se cita a menudo como una de las razones por las que el espectáculo es tan popular. Los decorados son realmente impresionantes y ayudan a crear una experiencia mágica e inmersiva para el público.