Esta escena tiene lugar en el gran salón de baile de la Ópera de París, donde se celebra un fastuoso baile de máscaras. Toda la ópera está adornada con extravagantes decoraciones y los invitados van vestidos con elaborados trajes y máscaras. El Fantasma, conocido por ser una figura misteriosa y solitaria, hace una entrada dramática en el baile, vistiendo una llamativa máscara de dominó roja y una larga capa negra.
Cuando entra al salón de baile, la música aumenta y todos los invitados se vuelven para mirarlo, intrigados y cautivados. El Fantasma se mueve con gracia entre la multitud y su presencia envía una oleada de emoción y miedo por toda la sala. Finalmente encuentra a Christine, la joven soprano que es objeto de su afecto, y comparten un momento de conexión y anhelo.
La escena del "Baile de Máscaras" es un momento visualmente impactante y cargado de emociones en la historia, y resume perfectamente los temas de misterio, romance e intriga que recorren toda la ópera. Es una escena que se ha recreado innumerables veces en producciones cinematográficas, televisivas y teatrales, y sigue siendo una de las favoritas de los fanáticos hasta el día de hoy.