1. Manipulación: Erik manipula hábilmente a quienes lo rodean, especialmente a Christine Daaé, para lograr sus objetivos. Emplea halagos, llamamientos emocionales y amenazas para controlar sus acciones.
2. Grandiosidad: Erik tiene un sentido exagerado de importancia personal y muestra una necesidad de admiración y reconocimiento. Cree que su genio musical lo sitúa por encima de los demás y se enorgullece del miedo que infunde en la ópera.
3. Falta de empatía: Erik demuestra una profunda falta de empatía hacia los demás. Es indiferente al sufrimiento que causa, ve a las personas como objetos o herramientas al servicio de sus propósitos y no muestra remordimiento por sus acciones.
4. Insensibilidad: Erik habla de manera fría y distante, y a menudo se refiere a la vida humana con indiferencia o incluso desprecio. Menciona casualmente la muerte de otros, como la desaparición de Joseph Buquet, sin ninguna reacción emocional.
5. Amenazas e intimidación: Erik recurre con frecuencia a amenazas e intimidación para controlar a quienes lo rodean. Amenaza con dañar o matar a quienes se le opongan o se interpongan en su camino, incluidos Christine y Raoul de Chagny.
6. Autojustificación: Erik intenta justificar sus acciones y presentarse como una víctima de las circunstancias. Culpa a sus deformidades físicas y al rechazo de la sociedad por su comportamiento y busca obtener la simpatía de los demás.
7. Falta de conciencia social: Erik muestra una falta de conciencia social y comprensión de las normas sociales. No se da cuenta del miedo y la angustia que causa en los demás y cree que sus acciones están justificadas por su amor por Christine.
Es importante tener en cuenta que la sociopatía es un trastorno de personalidad complejo y los individuos con rasgos sociópatas pueden exhibir diversos grados de estas características. Los patrones de habla sociópata de Erik añaden profundidad y complejidad a su personaje, convirtiéndolo en una figura convincente y moralmente ambigua en la historia.