Forma y estructura:
Durante este período, la mayoría de los teatros eran de forma redonda o rectangular y estaban hechos de madera u otros materiales temporales. Por lo general, eran bastante grandes y acomodaban a una gran audiencia. Eran estructuras al aire libre con un escenario elevado en un extremo.
Asientos:
No había asientos como los conocemos hoy. El público se paraba frente al escenario o se sentaba en simples bancos o taburetes, si estaban disponibles. Los mejores asientos normalmente estaban ubicados en la parte trasera del teatro, más cerca del escenario.
Audiencia:
Ir al teatro era popular entre todas las clases sociales, incluidos los nobles, los comerciantes, los artesanos e incluso los pobres. Asistir a obras de teatro era una forma de entretenimiento y un evento social para personas de todos los orígenes.
Escenario y Escenografía:
Los escenarios estaban relativamente vacíos y tenían muy pocos escenarios o decorados elaborados. Los fondos solían estar pintados o hechos de tela sencilla. Se utilizaron accesorios y disfraces para indicar la hora, el lugar y el personaje.
Actores y actuación:
Los actores eran exclusivamente masculinos durante esta época. A las mujeres no se les permitía subir al escenario. El travestismo era común y los actores masculinos interpretaban papeles femeninos. Las representaciones generalmente consistían en obras de teatro, que a menudo eran de naturaleza histórica, mitológica o cómica.
Iluminación:
Los teatros no tenían iluminación eléctrica, por lo que las representaciones dependían de la luz natural. Las actuaciones solían comenzar por la tarde para aprovechar la luz disponible. En algunos casos, es posible que se hayan utilizado velas u otras formas de iluminación artificial para efectos especiales o actuaciones nocturnas.
En general, los teatros durante la época isabelina eran bastante diferentes de los teatros modernos en términos de estructura, asientos, escenografía y experiencia del público. Reflejaron las sensibilidades sociales, culturales y artísticas de la época y sentaron las bases para el desarrollo del teatro moderno tal como lo conocemos hoy.