Estas son algunas de las responsabilidades y deberes clave de un tutor ad litem:
1. Representación: Los GAL representan los mejores intereses del menor o de la persona incapacitada en los procedimientos judiciales y garantizan que sus voces sean escuchadas.
2. Investigación: Los GAL llevan a cabo investigaciones para recopilar información y pruebas relevantes para el caso, incluida la entrevista al niño o a la persona incapacitada, a miembros de su familia y a otras personas.
3. Defensa: Los GAL defienden los derechos, las necesidades y el interés superior del niño o de la persona incapacitada ante los tribunales. Pueden presentar pruebas, interrogar a los testigos y hacer recomendaciones al juez.
4. Toma de decisiones: Los GAL ayudan al niño o al individuo incapacitado a tomar decisiones informadas sobre su vida, como opciones educativas, tratamiento médico o colocación.
5. Monitoreo: Los GAL supervisan la implementación de las órdenes judiciales y se aseguran de que se cumplan los intereses superiores del niño o de la persona incapacitada.
6. Informes: Los GAL proporcionan informes al tribunal sobre sus conclusiones y recomendaciones, manteniendo al juez informado sobre el progreso del caso y cualquier cambio en las circunstancias.
7. Colaboración: Los GAL trabajan en estrecha colaboración con otros profesionales involucrados en el caso, como abogados, trabajadores sociales, psicólogos y expertos médicos, para garantizar una comprensión integral de la situación del niño o de la persona incapacitada.
En general, el papel de un tutor ad litem es crucial para proteger los derechos y el bienestar de los niños o de las personas incapacitadas involucradas en procedimientos legales. Actúan como defensores, investigadores y asesores, trabajando para garantizar que se prioricen los mejores intereses del individuo durante todo el proceso legal.