Al comienzo de la obra, los amigos de Abigail descubren el muñeco, lo que lleva al posterior arresto y juicio de Goody Proctor por practicar brujería. El muñeco se convierte así en un objeto fundamental, que simboliza la manipulación, el engaño y la injusticia en el centro de los juicios de brujas de Salem.
A lo largo de la obra, el muñeco sirve como recordatorio del peligro de la histeria desenfrenada y las acusaciones masivas, así como del poderoso papel que las mentiras y la manipulación pueden desempeñar a la hora de moldear la opinión pública y conducir a la destrucción de vidas inocentes.