En un contexto espiritual, el manto y la corona pueden representar la autoridad y el poder de Dios. También pueden representar la dignidad y la gloria del cielo. En la Biblia, el manto y la corona se utilizan a menudo como símbolos de salvación y vida eterna.
Por ejemplo, en el libro del Apocalipsis, el apóstol Juan tiene una visión del cielo donde los santos visten túnicas blancas y coronas. Esta visión simboliza la victoria de los santos sobre el pecado y la muerte. Las túnicas blancas representan la pureza de los santos y las coronas representan su victoria.
En el libro de Santiago, el apóstol Santiago escribe que Dios dará una corona de vida a quienes lo aman y obedecen sus mandamientos. Esta corona representa la vida eterna que Dios promete a quienes le son fieles.