El concepto de opus proprium a menudo se entiende en relación con la idea de vocación, que en el sentido religioso se refiere al llamado o invitación divina a un estado o curso de vida particular, como el matrimonio, el sacerdocio o el monaquismo. Sin embargo, el opus proprium no se limita a estas vocaciones específicas, sino que se aplica a la llamada única que cada persona recibe a vivir su vida de manera fiel y responsable, según sus dones, talentos y circunstancias.
En su sentido más amplio, el opus proprium puede entenderse como la contribución única que cada persona está llamada a hacer al mundo y a la comunidad humana. Esto puede involucrar roles o profesiones específicas, esfuerzos creativos, actos de servicio o simplemente la forma en que una persona vive su vida e interactúa con los demás. Se entiende que la naturaleza específica del propio opus proprium se revela a través del discernimiento y la reflexión, así como a través de la oración y el diálogo con Dios u otras fuentes de sabiduría y guía.
La idea de opus proprium enfatiza la responsabilidad individual y la agencia de cada persona para descubrir y cumplir su vocación, y resalta el papel único e irremplazable que cada persona desempeña al contribuir al crecimiento, florecimiento y transformación del mundo.