Si bien los jardines se consideran una de las siete maravillas del mundo antiguo, hay un debate sobre su existencia y ubicación reales. Algunos historiadores creen que eran más un mito o una descripción altamente adornada de una estructura más modesta.
De todos modos, la leyenda de los jardines colgantes cuenta la historia de una reina nostálgica Amytis, que anhelaba la exuberante vegetación de su patria, los medios de comunicación. Para hacerla feliz, Nabucodonosor II construyó un magnífico complejo de jardín que presentaba terrazas escalonadas adornadas con plantas y árboles exóticos, creando un magnífico oasis en el desierto.