1. Irritación y daño de la piel:
* abrasión: Las piedras pómez son abrasivas, y la presión excesiva puede causar quemaduras de fricción, enrojecimiento e incluso cortes sobre la piel. Esto es especialmente cierto en áreas delicadas como la cara o los pies.
* irritación: El roce constante puede irritar la piel, haciéndola más sensible y propensa a la inflamación.
2. Resultados desiguales:
* Exfoliación desigual: Aplicar demasiada presión puede hacer que elimine demasiada piel en algunas áreas y no lo suficiente en otras, lo que lleva a una apariencia desigual.
* Decoloración de la piel: En algunos casos, el fregado excesivo puede causar hiperpigmentación (oscurecimiento) o hipopigmentación (aclaramiento) de la piel.
3. Daño a la piedra pómez:
* Cracking: La presión puede hacer que la piedra pómez se rompa o se rompa, lo que la hace menos efectiva y potencialmente insegura de usar.
4. Ineficiencia:
* menos efectivo: Aplicar una presión pesada puede hacer que la piedra pómez sea menos efectiva, ya que puede no alcanzar las capas más profundas de la piel.
En lugar de usar una presión pesada, concéntrese en movimientos suaves y circulares:
* Use presión de luz: Lo suficiente como para sentir la piedra trabajando en la piel, pero no tanto como se siente incómodo.
* No te frote: Concéntrese en movimientos suaves y circulares en lugar de fregado duro.
* Remoja tu piel: Remojar el área en agua tibia durante unos minutos antes de usar la piedra pómez ayudará a suavizar la piel y facilitará la eliminación de células muertas de la piel.
En conclusión, no se recomienda aplicar una presión pesada mientras se usa una piedra pómez. Puede provocar irritación de la piel, daño, resultados desiguales e incluso dañar la piedra pómez en sí. Siempre use presión de luz y movimientos circulares suaves para obtener resultados óptimos.