Cada cuadro de una animación se crea individualmente y luego se combina para formar un movimiento fluido. El número de fotogramas por segundo (FPS) determina la suavidad y la velocidad de la animación. Normalmente, cuanto mayor sea el número de fotogramas, más fluida aparecerá la animación.
En la animación tradicional, los fotogramas se creaban dibujando o pintando cada fotograma en trozos individuales de papel o en hojas transparentes llamadas cels. Luego, estos se capturarían secuencialmente usando una cámara para crear el metraje animado.
Con el avance de la tecnología digital, la animación generada por computadora permite realizar animaciones más complejas y detalladas, donde se pueden crear fotogramas utilizando software y diversas técnicas de animación como 2D, 3D, stop motion y más.
La duración y complejidad de una animación pueden variar, desde unos pocos fotogramas para animaciones simples, como una pelota que rebota, hasta miles de fotogramas para largometrajes animados o tomas de efectos visuales complejos en películas y videojuegos.