Aunque es difícil establecer un vínculo causal directo entre estos juegos y los disparos, ciertas teorías psicológicas sugieren que la exposición repetida a contenidos agresivos en los videojuegos puede desensibilizar a las personas a la violencia y aumentar las tendencias agresivas. Sin embargo, los resultados de las investigaciones sobre este tema pueden ser complejos y, a menudo, mostrar resultados contradictorios. Es fundamental tener en cuenta los factores que contribuyen a la salud mental, conductual y social al analizar los casos de violencia. Algunas personas pueden verse más negativamente afectadas por estímulos violentos en comparación con otras debido a condiciones psicológicas preexistentes o diversas vulnerabilidades.
No obstante, los investigadores, los profesionales de la salud mental y los gobiernos han enfatizado el potencial de impacto dañino y la necesidad de un consumo reflexivo de los medios. Si bien los videojuegos pueden brindar entretenimiento y experiencias agradables, la exposición excesiva a contenido violento o dañino en cualquier medio debe generar conciencia y precaución sobre sus implicaciones.