He aquí por qué:
* Libertad de expresión: La Primera Enmienda (en los Estados Unidos) y los derechos similares en otros países protegen la libertad de expresión artística, incluida la libertad de crear historias con cualquier tipo de final.
* No hay obligación legal con finales felices: No hay una ley que requiera que las películas, especialmente las películas para niños, tengan finales felices.
* narración diversa: Las películas para niños, como cualquier otro género, pueden explorar diferentes temas y emociones. A veces, un final menos que feliz puede ser más significativo o impactante.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que:
* Consideración de la audiencia: Si bien un mal final podría ser aceptable para niños mayores o adolescentes, es importante considerar el público objetivo de la película. Un niño muy pequeño podría no entender o apreciar un final triste.
* Contexto y tema: Un final "malo" puede ser efectivo si sirve el tema y el mensaje general de la historia.
En resumen, no hay un problema legal con una película para niños que tenga un mal final, pero es una cuestión de elección y consideración artística para la audiencia prevista.