El estilo único de Duncan, que desafiaba las técnicas de ballet convencionales y enfatizaba los movimientos naturales y expresivos, cautivó al público y revolucionó el mundo de la danza. Se hizo famosa por sus actuaciones etéreas y su capacidad para fusionar la danza clásica griega con interpretaciones modernas. El impacto de Duncan en el mundo de la danza todavía se celebra hoy y su legado continúa inspirando a bailarines y coreógrafos de todo el mundo.