En 2016, Beyoncé ganó el premio al Mejor Vídeo Femenino VMA por su canción "Formation". El vídeo musical, dirigido por Melina Matsoukas, es una poderosa exploración de la raza, la identidad y el orgullo negro. Presenta a Beyoncé bailando frente a una bandera confederada, en alusión a la historia de esclavitud y opresión en Estados Unidos. El video también incluye imágenes de la brutalidad policial y el movimiento Black Lives Matter.
Taylor Swift ganó el Mejor Video Femenino VMA en 2015 por su canción "Bad Blood". El vídeo musical, dirigido por Joseph Kahn, es un cortometraje estilizado y lleno de acción que presenta a Swift y un grupo de amigos famosos, incluidos Gigi Hadid, Cara Delevingne y Selena Gomez. El vídeo está lleno de efectos especiales y escenas de lucha elaboradas, y recibió grandes elogios por su cinematografía y edición.
En última instancia, la decisión sobre qué vídeo musical merece más un premio es subjetiva y depende de los criterios que se utilicen para juzgar. Algunas personas pueden preferir el comentario político y social de "Formation" de Beyoncé, mientras que otras pueden preferir "Bad Blood", más entretenida y visualmente impresionante. Ambos videos musicales son excelentes ejemplos de esta forma de arte y es comprensible por qué ambos artistas fueron nominados para el premio.