Generalmente, las calificaciones de un programa se comparan con las calificaciones de otros programas en la misma red. Si las calificaciones de un programa son significativamente más bajas que las de otros programas, es más probable que se cancele. Sin embargo, existen excepciones a esta regla. Por ejemplo, un programa con una audiencia pequeña pero leal puede renovarse para otra temporada incluso si sus índices de audiencia son bajos.
La decisión de cancelar un programa la toman en última instancia los ejecutivos de la cadena. Consideran una variedad de factores, incluidos los ratings, los costos de producción y la disponibilidad de otra programación.