A medida que se desarrolla la historia, Rodrigo se convierte en un peón en los planes de Iago. Iago manipula a Roderigo para que le brinde apoyo financiero para sus planes y lo convence de que Otelo le ha sido infiel a Desdemona con Cassio, el lugarteniente de Otelo. Rodrigo se deja llevar fácilmente por las palabras de Iago y se deja consumir por los celos y la ira.
En su desesperación, Rodrigo acepta ayudar a Iago en un complot para matar a Cassio. Sin embargo, la trama fracasa y Rodrigo es herido de muerte por Iago. Mientras agoniza, Roderigo finalmente se da cuenta de que Iago lo ha utilizado y engañado, y lo maldice por su traición.
El papel de Rodrigo en la historia sirve para resaltar el poder destructivo de los celos y la manipulación. Es un personaje que se deja influenciar y manipular fácilmente por los demás, y su caída es consecuencia de sus propios defectos y debilidades.