Hazle saber a tu hijo que estás ahí para ayudarlo y que lo apoyarás en este momento difícil. Escúchelo hablar de sus sentimientos; No lo juzgues ni intentes arreglar las cosas por él. Simplemente hazle saber que estás ahí para escuchar.
2. Anímelo a hablar sobre sus sentimientos.
Expresar emociones puede ayudar a su hijo a procesar la ruptura. Anímelo a hablar con usted, un terapeuta o un amigo de confianza sobre lo que está pasando.
3. Déjalo llorar.
Una ruptura es una pérdida y es importante que su hijo lamente el final de su relación. No intentes apresurarlo ni decirle que debería "superarlo". Simplemente déjelo sentirse triste o enojado todo el tiempo que necesite.
4. Ayúdalo a cuidar de sí mismo.
Asegúrese de que su hijo coma, duerma y haga ejercicio. Anímelo a hacer cosas que le gusten y que le hagan sentir bien consigo mismo.
5. Recuérdale su autoestima.
Después de una ruptura, su hijo puede comenzar a dudar de sí mismo y de su valor. Recuérdale todas las cosas en las que es bueno y todas las cosas que amas de él.
6. Sugiere ayuda profesional.
Si la ruptura es realmente dura para su hijo, sugiérale que busque ayuda profesional de un terapeuta. Un terapeuta puede ayudar a su hijo a superar sus emociones y desarrollar mecanismos de afrontamiento.
7. Asegúrele que el tiempo cura.
Recuérdele que el tiempo cura y que eventualmente se sentirá mejor.