El siglo XIX vio el surgimiento del ballet romántico, que puso un fuerte énfasis en la coreografía elaborada, con coreógrafos como Jean-Georges Noverre, Marius Petipa y Lev Ivanov creando ballets icónicos que mostraban la destreza técnica de los bailarines. A principios del siglo XX, la danza moderna surgió como una reacción contra las rígidas estructuras del ballet clásico, con coreógrafos como Isadora Duncan, Ruth St. Denis y Martha Graham desarrollando nuevas formas de danza que enfatizaban la expresión individual y la libertad de movimiento.
A lo largo del siglo XX, la coreografía de danza continuó evolucionando y diversificándose, incorporando influencias de diversas tradiciones culturales y movimientos artísticos. Hoy en día, la coreografía de danza abarca una amplia gama de estilos y géneros, desde ballet clásico y danza contemporánea hasta hip-hop y baile callejero, con coreógrafos que trabajan en una variedad de entornos que incluyen teatro, cine, videos musicales y presentaciones en vivo.