La forma más sencilla de diluir la salsa es agregar líquido, como agua, jugo de tomate, caldo de verduras o incluso más tomates picados. Comienza agregando una pequeña cantidad de líquido y poco a poco agrega más hasta alcanzar la consistencia deseada.
Utilice un procesador de alimentos o una licuadora.
Si desea una salsa suave y fina, puede usar un procesador de alimentos o una licuadora para hacerla puré. Esto dividirá los ingredientes en trozos más pequeños y hará que la salsa sea más fina.
Cocina la salsa.
Cocinar la salsa ayudará a evaporar parte del líquido, lo que la hará más espesa. Si quieres una salsa más fina, cocínala por menos tiempo.
Añade un poco de crema agria o yogur.
La crema agria o el yogur agregarán cremosidad y ayudarán a diluir la salsa.
Agregar una carpeta.
Un aglutinante, como la maicena, puede ayudar a espesar la salsa. Para usar un aglutinante, mezcle una pequeña cantidad de maicena con agua fría hasta que se forme una pasta suave. Luego, agregue la pasta a la salsa y cocine a fuego lento, revolviendo constantemente. Continúe cocinando a fuego lento hasta que la salsa haya espesado hasta alcanzar la consistencia deseada.