Desde sus inicios como danza folclórica, el vals llegó a ser aceptado en la sociedad aristocrática cuando lo introdujo la emperatriz francesa Eugenia a principios del siglo XIX. Su popularidad siguió creciendo en Europa y América, y sigue siendo uno de los bailes de salón más populares en la actualidad.
La música de vals se caracteriza típicamente por un suave compás de 3/4, con el primer tiempo acentuado. Suele ir acompañado de instrumentos de cuerda, como violines, violas y violonchelos, y de instrumentos de viento, como clarinetes y flautas.
Los valses pueden ser instrumentales o cantados. Algunos de los valses más famosos incluyen "El Danubio azul" de Johann Strauss II, "Vals de las flores" del ballet El cascanueces de Tchaikovsky y "Fascinating Rhythm" de George Gershwin.