En la literatura pianística, la mayoría de las polonesas de Frédéric Chopin se consideran la apoteosis de la forma. Sus obras para piano presentan formas más variadas, y algunas emplean escrituras para piano virtuosas que recuerdan a sus composiciones y estudios anteriores. Las polonesas aparecían con frecuencia y eran muy populares cuando se interpretaban en celebraciones aristocráticas polacas durante la época de Chopin.