Douglass comienza su comparación señalando que tanto el 4 de julio como la Navidad son días de celebración para los estadounidenses blancos. El 4 de julio, se regocijan por el nacimiento de su nación y los ideales de libertad e igualdad. En Navidad celebran el nacimiento de Jesucristo, quien creen que vino a la Tierra para salvarlos de sus pecados.
Sin embargo, Douglass sostiene que estas fiestas no tienen ningún significado para los esclavos. No son libres, por lo que no pueden celebrar el 4 de julio. No son cristianos, por eso no celebran la Navidad. Más bien, estas fiestas son un recordatorio de su opresión y sufrimiento.
La comparación que hace Douglass entre el 4 de julio y la Navidad es una poderosa acusación de esclavitud. Muestra que estas fiestas, que se supone que son días de alegría y celebración, son en realidad una fuente de dolor y sufrimiento para los esclavos. Al hacerlo, desafía a los estadounidenses blancos a enfrentar la realidad de la esclavitud y trabajar por su abolición.